Un día BRRR decidió que ya era mayor y que iba a ser él quien pescara sus propios peces. Pero a pesar de intentarlo varias veces, no lo consiguió. Sus alas aún eran demasiado pequeñas para moverse con rapidez y poder pescar. Así que tomó una decisión. “Me hago vegetariano” se dijo “y a partir de ahora no comeré carne de ningún pez y plantaré una huerta con tomates y lechuga para hacerme una rica ensalada todas las mañanas”.
A todos los pingüinos les gustaba ver cómo BRRR cogía la regadera y hacía como que regaba las semillas en su huerta. Pero, en realidad en su regadera nunca había agua, porque BRRR ponía sus tomates y lechugas en los charcos que había en el suelo congelado ¡Y no les hacía falta más agua!
Los días pasaban y las semillas nunca llegaban a crecer. Además BRRR empezaba a tener unas ganas enormes de comer un buen pescado. Así que decidió volver a intentar pescar y muy temprano por las mañanas empezó a entrenarse.
Después de solo una semana de entrenamiento lo consiguió ¡aprendió a pescar él solo!
Estaba tan contento que lo celebró comiendo una docena de peces. Y cuando le vieron los otros pingüinos le preguntaron sorprendidos “¿Pero no habías dicho que eras vegetariano y que no comías carne de pescado” y BRRR les contestó saboreando su plato “No, decía que era ¡¡¡pecetariano!!! y eso es que te gusta muuucho el pescado” y los pingüinos reían con las ocurrencias de BRRR que no sabía que inventar para poder comer el pescado que tanto le seguía gustando.