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Un viaje en tren


La aventura de Tina y Leo en su primer viaje en tren
Dibujo: Ana del Arenal


Tina y Leo van a ir esta tarde con papá y mamá a visitar a la abuela. Como el coche está en el taller, han decidido ir en tren. ¡En tren! Esta vez el perro Atila tendrá que quedarse en casa, pero los mellizos están muy emocionados con el viaje.


Así que después de comer han salido todos rumbo a la estación. Una vez allí, mamá ha comprado los billetes y los ha repartido para que cada uno tuviera el suyo. “Ahora tenéis que meterlo en esas máquinas para que se abran las puertas y podáis pasar al andén”.

Primero ha pasado papá, después Tina y Leo y por último mamá. ¡Ya estaban dentro! ¡Cuántos trenes! Como han ido con tiempo, han podido pasear un rato para verlos. Cuando se ha acercado la hora, han buscado su tren y han subido. Tina y Leo querían sentarse en la ventana para poder ver bien el paisaje, así que papá y mamá se han sentado junto a ellos, en el pasillo.

Y de repente… ¡piiiiiiii!!

          - ¿Qué pasa?, ha preguntado Tina
          - Ese sonido significa que estamos a punto de marcharnos, ha explicado mamá.
          - ¡Bien!, han gritado juntos Tina y Leo.

El tren ha arrancado. Al principio, despacio. Desde la ventana Tina y Leo han visto cómo iban dejando la estación atrás. Y primero poco a poco, luego cada vez más rápido, hasta que los árboles desfilaban a toda velocidad. De pronto, todo se ha puesto oscuro y había mucho ruido. Leo se ha asustado.

          - Papá, ¿qué pasa? ¡Tengo miedo!
          - No te preocupes, Leo, le ha calmado papá. ¡Es sólo un túnel! Enseguida saldremos y veréis de nuevo el paisaje.

Y así ha sido. Tina y Leo han vuelto a ver árboles, casas y vacas por la ventana durante un buen rato. Hasta que… ¡ha llegado otro túnel! Otra vez estaba todo oscuro y se oía mucho ruido. Pero esta vez Leo ya sabía que era un túnel y no se ha asustado.
Así, entre túnel y túnel, han llegado al final del viaje. Y ahí, en la estación, ¿a quién han visto por la ventana? ¡A su abuelita, que había ido a buscarles!

Otros cuentos de los mellizos Tina y Leo que te van a gustar:
Un paseo en bici
¿Qué día es hoy?
De visita al zoo

El osito que descubrió la nieve


Tierna historia de la mamá osa y el osito un día de nieve
Dibujo: Ana del Arenal
Había una vez un osito que vivía en una pequeña cueva con la mamá osa y el papa oso. Cuando empezaba el invierno el osito y su familia hibernaban en la cueva, durmiendo los días de nieve y frío, para despertarse en primavera con los primeros rayos del sol. 

Antes de cerrar los ojos, el osito siempre le decía a su mamá que le gustaría ver la nieve de cerca. Pero no era posible, porque en los meses que helaba, su familia se resguardaba en la cueva y no salía de ella hasta que fuera comenzaba el calor. 

Pero el día de su quinto cumpleaños, cuando el invierno ya había terminado, la mamá osa quiso darle una sorpresa y hacerle ver la nieve, pero una nieve especial. Por eso, mamá osa compró muchos sacos de harina y les pidió a los pájaros que la desparramaran por todo el bosque. 

Y así, cuando el osito se despertó la mañana de su cumpleaños, vio las copas de los árboles, la hierba y las montañas, cubiertas de una hermosa capa blanca que parecía nieve. 

Corriendo fue a contárselo a su mamá… y su mamá le dijo que además era una nieve especial con la que se podían hacer riquísimos pasteles. Y con un puñado de esa nieve, unos huevos y algo de leche, le hizo el mejor pastel de cumpleaños que jamás había tenido el osito.



La carta a los Reyes Magos

(Con los dibujos del baúl hemos preparado varios modelos de cartas. Puedes descargarte desde aquí la carta a los Reyes Magos, la carta a Papá Noel o la carta a Olentzero. Más modelos al final del cuento).

Tina y Leo escriben la carta a los Reyes Magos con su lista de regalos
Dibujo: Ana del Arenal


¡Por fin ha llegado el día! Esta tarde, los mellizos Tina y Leo escribirán la carta a los Reyes Magos. Durante las últimas semanas han hecho un esfuerzo especial por portarse bien y que sus majestades de oriente les traigan los regalos que van a pedir.

“Recordad que podéis pedir tres cosas cada uno. Los Reyes Magos tienen que llevar regalos a todos y si pedís muchas cosas los pobres camellos no podrán con todo”, ha dicho mamá. “En cuanto terminéis, papá tiene una sorpresa para vosotros”.

Tina y Leo han preparado cuidadosamente sus cartas. Cuando papá ha entrado en el salón, llevaba tantas cajas en los brazos que sólo se le veían los ojos y la punta de la nariz. Los mellizos le han mirado, divertidos.

          - Vamos, no os quedéis ahí. Ayudadme a dejar las cajas en el suelo. Aquí están todos los adornos navideños. ¡Hoy la Navidad va a entrar en esta casa!

Enseguida han comenzado a abrir las cajas. Bolas grandes y pequeñas, guirnaldas de colores, velas estrechitas y velas gordísimas, papanoeles gordinflones… ¡Cuántas cosas!

Mientras Tina y Leo vaciaban las cajas, papá y mamá han sacado el árbol para adornarlo entre todos. Una bola por aquí, una campana por allí… ¡Hasta Atila, el perro, ha colaborado empujando las bolas con el hocico! Para terminar, en lo más alto, la estrella fugaz.

¡La Navidad se acerca!

Con los dibujos del baúl hemos preparado varios modelos de cartas a los Reyes Magos que te puedes descargar desde aquí:
carta a los Reyes Magos (modelo 1)
- carta a los Reyes Magos (modelo 2)
- carta a Papá Noel (modelo 1)
- carta a Papá Noel (modelo 2)
carta a Olentzero (modelo 1)
- carta a Olentzero (modelo 2)

Ya ha llegado el otoño

(También disponible como audiocuento)

Cuento para niños sobre la llegada del otoño en casa de Tina y Leo
Atila, el perro de Tina y Leo, está jugando en el jardín con las hojas secas que se han caído del árbol que hay en un rincón.

- ¿Por qué se le caen las hojas al árbol?, ha preguntado Tina.

“Porque ya estamos en otoño”, ha contestado mamá. Entonces, papá ha tenido una gran idea. “¡Deberíamos organizar una excursión al bosque esta tarde! Esa será la mejor manera de que veáis que ha llegado el otoño”.

Después de comer, todos se han puesto sus deportivas para dar un paseo por el bosque. ¡Cuántas cosas han encontrado por el camino! Papá y mamá llevaban cada uno una cesta. En una de ellas, han ido recogiendo hojas de todos los tamaños y colores: hojas marrones, amarillas y rojas, hojas enormes y hojas pequeñitas. Atila se lo ha pasado en grande corriendo sobre las hojas secas. ¡Qué ruido hacía! En la otra cesta han guardado ramas secas, bellotas y castañas.

De vuelta a casa, mamá les ha explicado que en esta época del año muchos árboles pierden sus hojas, se llaman árboles de hoja caduca. “Empiezan cambiando de color y poco a poco van cayendo. Como si fuese un jersey que ha quedado viejo y pequeño, y ya no sirve. Los árboles se quitan ese jersey de hojas durante el otoño y durante el invierno se preparan para el jersey nuevo que crecerá en primavera y durará todo el verano”.

Entre todos, han colocado las hojas, las ramas, las castañas y las bellotas en la mesa de la entrada. Un bonito adorno para recordar que ya ha llegado el otoño.

Ilustración: Ana del Arenal

Tina, Leo y los huevos de Pascua


Tina y Leo se divierten pintando huevos de Pascua
Dibujo: Ana del Arenal

¡Por fin ha llegado Pascua! A Tina y Leo les gusta mucho esta fiesta. Empiezan pintando los huevos para decorar la casa y después buscan los huevos de chocolate que papá y mamá esconden en el jardín… ¡y que están buenísimos!


Así que se han puesto las batas del cole y han cogido un pincel cada uno. Tina ha empezado a pintar un huevo rojo con puntos verdes, Leo uno amarillo con rayas naranjas… Papá y mamá les han ayudado. Después de un rato de pintura, tenían un montón de huevos!

Una vez que la pintura se ha secado, los han colocado por toda la casa. ¡Qué bonito ha quedado toda llena de colores!

Entonces ha llegado el momento de comenzar con la parte más dulce de la fiesta.

          - ¿Queréis huevos de chocolate?, ha preguntado papá
          - ¡Síííí! ¡Síííí!, han gritado los mellizos.
          - Tenéis cuatro huevos cada uno, todos escondidos en el jardín. ¡Que empiece la búsqueda!

Tina y Leo han comenzado a revisar locos de emoción cada rincón de jardín. Y han ido encontrando un huevo… dos huevos… Al cabo de un rato tenían tres huevos cada uno, pero ni rastro de los que faltaban. “Creo que necesitáis que Atila os eche una mano”, ha sugerido papá.

“¿Pero dónde está Atila?”, ha preguntado Leo.

“¡Se está comiendo los huevos!”, ha gritado Tina.

Ahí estaba Atila, al fondo del jardín, relamiéndose y con los bigotes llenos de chocolate. Los mellizos han corrido hacia él y Atila ha empezado a jugar con ellos. ¡Han acabado todos llenos de chocolate!


Descarga para leer cuando quieras este cuento de Pascua de Tina y Leo

De charco en charco

También disponible como audiocuento.
Los niños Tina y Leo se divierten saltando entre charcos

Hoy ha llovido todo el día. Como siempre, mamá esperaba a Tina y Leo en la parada del autobús. Leo ha sido el primero en bajar. No se ha dado cuenta de que había un gran charco justo donde terminaba la escalerilla y… ¡plas! ¡Ha metido todo el pie en el agua! Se le ha mojado el zapato, el calcetín… hasta un buen trozo de pantalón estaba empapado.

A Tina le ha parecido de lo más divertido. Como bajaba justo detrás de Leo, en cuanto mamá le ha ayudado a Leo a salir del charco, Tina ha saltado sobre él. ¡Cómo ha salpicado el agua! También se ha mojado los pies. Pero a mamá no le ha parecido tan divertido.

-          Tina, lo de Leo ha sido una faena, pero no se ha dado cuenta. Pero tú te has mojado a propósito… tendremos que ir a casa a cambiaros de ropa, porque si no cogeréis un buen resfriado.

Al llegar a casa, mamá les ha quitado la ropa que estaba mojada y les ha puesto el chubasquero, el gorro y las botas de lluvia. “Ya sé que os encanta saltar en los charcos, chicos, pero es mejor que lo hagáis cuando estéis bien equipados. ¡Como ahora!”, ha dicho mamá. Y Tina y Leo han salido a la calle para saltar de charco en charco.

Ilustración: Ana del Arenal

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¡Feliz cumpleaños, Tina y Leo!

Celebración de un cumpleaños infantil

Hoy es un día muy especial, ¡es el cumpleaños de Tina y Leo! Los mellizos, un poco nerviosos, no han podido dormir la siesta y han ayudado a papá y mamá con los preparativos para la fiesta. Han colocado globos de colores por toda la casa, han colocado la merienda sobre la mesa… han estado muy ocupados hasta dejarlo todo listo.

No han tardado demasiado en llegar los invitados: la abuelita, la tía Marta y el tío Luis con Pablo, su primito pequeño, y David y Nicolás, los niños que viven en la casa de al lado.

Los niños han salido un rato a jugar al jardín. Cuando mamá y papá les han llamado para merendar, uno de los sillones del salón estaba lleno de regalos.

          - ¡Cuántos paquetes!, ha exclamado Tina muy contenta
          - Son los regalos que os han traído para celebrar vuestro cumpleaños.

Mientras Tina y Leo abrían los regalos, muy emocionados, David y Nicolás les miraban desde una esquina. Leo se ha dado cuenta de que se aburrían un poco y les ha dicho: “¿Por qué no nos ayudáis a abrir los regalos?”.

          - ¡Vaya!, ha comentado entonces mamá, ¡Es una idea buenísima Leo! Las cosas buenas, compartidas con los amigos, son aún mejores!

Todos muy contentos, se han puesto a merendar. Después, mamá y papá han traído una enorme tarta de chocolate con las velas encendidas. Han cantado “cumpleaños feliz”, han soplado las velas y han comido un buen trozo de tarta.

Y con las barrigas bien llenas… ¡se han puesto a jugar con todos sus nuevos juguetes!

Ilustración: Ana del Arenal

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¡Halloween!





Tina y Leo hacen una fiesta de Halloween



Los mellizos Tina y Leo han decorado la casa para celebrar Halloween. Una gran calabaza en la entrada y fantasmas y monstruos colgados por todas partes. Cada Halloween, papá cuenta historias terroríficas para asustarles. Este año, han planeado con la ayuda de mamá asustarle ellos a él.
Tina se ha puesto un disfraz de bruja y Leo se ha convertido en fantasma gracias a una sábana. Se han escondido, esperando a que volviera del trabajo. Cuando papá ha abierto la puerta de casa Leo ha salido de detrás del perchero.
          - ¡Uuuuuuh!
¡Qué susto! Papá incluso ha dado un pequeño grito y ha tenido que sentarse en el sillón para recuperarse. Y justo entonces, Tina ha aparecido tras el sillón.
          - ¡Uuuuuuh!
¡Otro susto! “Pero bueno, ha exclamado papá, ¡si tenemos una bruja y un fantasma en casa!”.
          - ¡Papá! ¡Somos nosotros, Tina y Leo!
Y todos se han echado a reír. Tina y Leo han corrido a la cocina a contarle a mamá lo terroríficos que habían sido y…
          - ¡Uuuuuuh!
Papá estaba detrás de la puerta de la cocina. ¡Vaya susto!
Tanto susto les ha dado hambre… Así que se han sentado a la mesa a tomar una deliciosa merienda de Halloween. “¡Papá, queremos oír una historia de terror!”
Ilustración: Ana del Arenal

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Audiocuento: ¡A llenar el carro de la compra!

Puedes escuchar aquí el cuento ¡A llenar el carro de la compra!
El resto de audiocuentos están disponibles aquí.


Mamá ha metido a Tina y Leo en el carrito y han entrado al supermercado para hacer la compra semanal. Los dos mellizos disfrutan de lo lindo ayudando a escoger la fruta o metiendo los paquetes de comida en el carro.

Han comprado leche, yogures, manzanas, pasta de dientes, champú… Mamá les acerca con el carro a la estantería y les dice lo que tienen que coger. Así hasta que Tina ha tenido una idea:

- Mamá, ahora ya somos mayores. ¿Podemos salir del carrito e ir andando?
- Está bien. Pero no os separéis de mí.

Todo ha ido bien al principio. Aunque no llegaban a las estanterías más altas, Tina y Leo han ayudado a mamá a coger los productos que estaban en las estanterías de abajo.

Hasta que mamá ha ayudado a Tina a coger un paquete de papel higiénico. Mientras lo guardaban junto al resto de la compra… ¡Leo ha desaparecido!

- ¡Leo! ¡Leo!, llamaban Mamá y Tina mientras le buscaban por los diferentes pasillos. Pero Leo no aparecía.

Las dos estaban cada vez más preocupadas, hasta que se ha oído un mensaje a través de los altavoces:“Un niño de rizos llamado Leo ha perdido a su mamá y la está esperando en la entrada del supermercado”.

¡Menos mal! Mamá y Tina han ido corriendo a buscarle. Allí estaba el pobre Leo, un poco asustado. ¡Qué contento se ha puesto al verlas! “Pero Leo…¿no te dije que no te separaras de mí?”, ha preguntado mamá.

- Mamá, ¿y el carro?, ha preguntado ya más tranquilo.

- El carro!, ha exclamado mamá. Nos lo hemos olvidado. Vamos a ir a buscarlo ahora mismo… ¡pero esta vez iremos de la mano!

Ilustración: Ana del Arenal

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Lee cuando quieras este cuento infantil de Tina y Leo en el supermercado


Los huevos de Pascua para colorear

Dibujo para colorear de huevos de Pascua
Ya llega la semana de Pascua y en El Bául de los Cuentos lo celebramos con esta lámina para colorear de Pascua. Tina y Leo ya lo están haciendo, te lo contamos en esta divetida historia de "Tina, Leo y los huevos de Pascua"

Audiocuento: de charco en charco

Puedes escuchar aquí el cuento De charco en charco.
El resto de audiocuentos están disponibles aquí.


Hoy ha llovido todo el día. Como siempre, mamá esperaba a Tina y Leo en la parada del autobús. Leo ha sido el primero en bajar. No se ha dado cuenta de que había un gran charco justo donde terminaba la escalerilla y… ¡plas! ¡Ha metido todo el pie en el agua! Se le ha mojado el zapato, el calcetín… hasta un buen trozo de pantalón estaba empapado.

A Tina le ha parecido de lo más divertido. Como bajaba justo detrás de Leo, en cuanto mamá le ha ayudado a Leo a salir del charco, Tina ha saltado sobre él. ¡Cómo ha salpicado el agua! También se ha mojado los pies. Pero a mamá no le ha parecido tan divertido.

- Tina, lo de Leo ha sido una faena, pero no se ha dado cuenta. Pero tú te has mojado a propósito… tendremos que ir a casa a cambiaros de ropa, porque si no cogeréis un buen resfriado.

Al llegar a casa, mamá les ha quitado la ropa que estaba mojada y les ha puesto el chubasquero, el gorro y las botas de lluvia. “Ya sé que os encanta saltar en los charcos, chicos, pero es mejor que lo hagáis cuando estéis bien equipados. ¡Como ahora!”, ha dicho mamá. Y Tina y Leo han salido a la calle para saltar de charco en charco.

Ilustración: Ana del Arenal

Audiocuento: yo me llamo, tú te llamas, él se llama...

Puedes escuchar aquí el cuento Yo me llamo, tú te llamas, él se llama.
El resto de audiocuentos están disponibles aquí.

Papá está leyendo el periódico y Leo, a su lado, está pintando en su cuaderno con los lápices de colores.

- Papá, ¿tú tienes nombre?
- ¡Claro! Como tú, como Tina, como mamá… ¡como Atila! ¿Cómo me llama mamá? ¿cómo me llama la abuela?
- Te llaman Álvaro
- Porque ése es mi nombre
- ¿Y por qué yo me llamo Leo?

Papá ha explicado a Leo que los nombres se ponen por diferentes razones. “Por ejemplo, Tina y tú os llamáis así porque a mamá y a mí nos gustaban mucho esos nombres. Yo me llamo Álvaro porque mi abuelo se llamaba así. Y mamá se llama Violeta, un nombre de flor, porque las violetas son las flores preferidas de la abuela”, ha dicho papá.

- ¿Y Atila? ¿Por qué le llamamos Atila?

En ese momento, mamá y Tina, que estaban escuchando la conversación, se han sentado con ellos. Mamá ha empezado a contar la historia de Atila, que fue un valiente guerrero que vivió hace muchos, muchos años.

Atila, como si hubiese entendido que hablaban de él, se ha acercado a escuchar atentamente la historia.

“Ya sabéis que recogimos a Atila en la perrera. Cuando su antiguo dueño tuvo que marcharse a vivir a otro sitio no pudo llevarlo con él. En la perrera nos contaron que Atila siempre se portó como un perro valiente. ¡Por eso le pusimos Atila!”, ha terminado mamá. “¿A que te gusta el nombre?”.

Y Atila ha contestado… ¡Guau!

Ilustración: Ana del Arenal

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El baño de Tina y Leo: cuento, audiocuento y lámina para colorear

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Los mellizos Tina y Leo se lo han pasado de miedo esta tarde en el parque. De vuelta a casa, mamá ha preparado el baño como todas las tardes. Tina y Leo se bañan juntos, ¡les encanta! Agua calentita, muchos juguetes… ¡y a chapotear!

Aunque mamá siempre les diga que tengan cuidado con tanto chapoteo, a Tina y Leo les gusta mucho que el agua salpique. Hoy, además, toca lavar el pelo. Así que después de enjabonarles todo el cuerpo, mamá les ha puesto champú en la cabeza. Primero a Leo y luego a Tina. Ha comenzado a frotar, y frotar, y frotar… hasta que se les ha llenado la cabeza de espuma.

- ¡Pareces una tarta!, le ha dicho Tina a Leo. Y los dos han empezado a reír a carcajadas.
- Papá, ven, soy una tarta!!

Papá ha entrado a toda velocidad en el baño para ver las cabezas de Tina y Leo convertidas en bonitas tartas de champú. Pero sin darse cuenta ha resbalado con el agua que había caído fuera de la bañera y se ha pegado un buen culetazo.

- ¿Estás bien?, ha preguntado mamá, un poco preocupada.
- Sí, tranquilos. ¡Tina y Leo han vuelto a llenarlo todo de agua! Oye, es verdad que parecéis dos tartas… Ahora no tengo dos niños, ¡tengo dos merengues gigantes!

Y todos han vuelto a estallar en risas. Papá se ha levantado del suelo y Leo le ha dicho “Papá, no queremos que te vuelvas a caer, intentaremos tener más cuidado con el agua”. “Eso está muy bien, Leo”, ha contestado papá. “¡Es una muy buena idea para una cabeza de merengue!”

Ilustración: Ana del Arenal

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¿Qué día es hoy?

Tina y Leo aprenden a usar un calendario
Dibujo: Ana del Arenal

Leo ha sorprendido esta mañana a mamá con una pregunta: ¿Cuánto falta para la Navidad?

- Todavía bastante, ha contestado mamá
- ¿Pero cuánto es bastante?, ha preguntado Leo

Así que mamá le ha llevado a la cocina y le ha mostrado el calendario. “Mira Leo: hoy es lunes, en el calendario estamos aquí. Y tienen que pasar todos estos días antes de que llegue la Navidad”.
Leo se ha quedado un poco decepcionado y, al verlo, mamá le ha explicado que van a pasar muchas cosas divertidas antes de que llegue la Navidad y que no tiene que tener prisa porque pasen los días.

“Por ejemplo, este día es el cumpleaños de la abuela e iremos a su casa a comer todos juntos. Este otro día vais a ir de excursión con el cole a visitar una granja. Esta semana celebraremos las fiestas de la ciudad y Tina y tú podréis subir en las ferias”.

Leo se ha animado y mamá ha tenido una idea. “¡Vamos a poner un calendario en vuestra habitación! Así sabréis qué día de la semana es, si Tina y tú tenéis que ir al cole o no, y si os toca gimnasia por la tarde”.

Mamá ha llamado a Tina y los tres han colgado un calendario en el cuarto de los mellizos. Con unos rotuladores, han empezado a marcar todas las fechas importantes que les ha ido contando mamá. Leo se ha puesto muy contento… Aún falta mucho para la Navidad, ¡pero se ha dado cuenta de que enseguida llegará la fiesta de cumpleaños de su amigo Simón!




No me gusta la ensalada

Tina y Leo aprenden a comer ensalada

Los mellizos Tina y Leo están sentados a la mesa y los dos están enfurruñados. La última vez que mamá puso lechuga sobre la mesa no quisieron comerla, papá y mamá se enfadaron y todo terminó en un tremendo lío.

Cuando mamá les ha dicho que como primer plato había preparado una ensalada, le han dicho muy serios: “No queremos ensalada. No nos gusta la lechuga”.

          - Esto no es lechuga. Se llama rúcula. Veréis que hojas tan bonitas.

Y ha puesto sobre la mesa los platos. Tina y Leo se han quedado muy asombrados al ver que la ensalada tenía forma de flor. Tomatitos rojos en el centro y hojas verdes como si fueran pétalos. Los mellizos estaban intrigados.

          - ¿A qué sabe la recula?, ha preguntado Leo
          - No es recula, sino rúcula, ha corregido mamá. Es un sabor diferente a la lechuga, probadlo.

Leo se ha reído. Rúcula le ha parecido un nombre muy gracioso. Así que ha metido el tenedor en su plato y ha empezado a comer, mientras Tina se resistía. “Es verde, como la lechuga. Seguro que no me gusta”, ha dicho antes de probar nada.

          - Los guisantes también son verdes y bien que te gustan, ha dicho mamá.
          - Sí, pero son bolitas. Esto son hojas, como la lechuga.
          - Tina, tú eres una chica lista, y ya has visto que no son iguales. Son diferentes, porque saben diferente. Mira Leo, está comiendo y parece que le gusta.
          - Sí está bueno, mamá, ha explicado Leo con la boca llena.

Tina ha mirado a Leo, luego a mamá… y ha decidido probar su ensalada. Vaya, desde luego no era lechuga, tenía un sabor diferente. “Es posible que haya alguna comida que no os guste”, ha explicado mamá. “Pero siempre tenéis que probar para saber qué os parece. ¿Qué pasaría si no hubieseis probado el chocolate porque es del mismo color que la comida de Atila, nuestro perro?”.

Ilustración: Ana del Arenal

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¿Qué día es hoy?


Los mellizos aprenden el uso del calendario
Dibujo: Ana del Arenal
Leo ha sorprendido esta mañana a mamá con una pregunta: ¿Cuánto falta para la Navidad?
          - Todavía bastante, ha contestado mamá
          - ¿Pero cuánto es bastante?, ha preguntado Leo
Así que mamá le ha llevado a la cocina y le ha mostrado el calendario. “Mira Leo: hoy es lunes, en el calendario estamos aquí. Y tienen que pasar todos estos días antes de que llegue la Navidad”.
Leo se ha quedado un poco decepcionado y, al verlo, mamá le ha explicado que van a pasar muchas cosas divertidas antes de que llegue la Navidad y que no tiene que tener prisa porque pasen los días.
“Por ejemplo, este día es el cumpleaños de la abuela e iremos a su casa a comer todos juntos. Este otro día vais a ir de excursión con el cole a visitar una granja. Esta semana celebraremos las fiestas de la ciudad y Tina y tú podréis subir en las ferias”.
Leo se ha animado y mamá ha tenido una idea. “¡Vamos a poner un calendario en vuestra habitación! Así sabréis qué día de la semana es, si Tina y tú tenéis que ir al cole o no, y si os toca gimnasia por la tarde”.
Mamá ha llamado a Tina y los tres han colgado un calendario en el cuarto de los mellizos. Con unos rotuladores, han empezado a marcar todas las fechas importantes que les ha ido contando mamá. Leo se ha puesto muy contento… Aún falta mucho para la Navidad, ¡pero se ha dado cuenta de que enseguida llegará la fiesta de cumpleaños de su amigo Simón!



¡A navegar!


Cuento sobre el primer viaje en barco


Tina y Leo pensaban que iban a la playa, como siempre, cuando se han subido al coche con el traje de baño, los manguitos, el cubo y la pala. Pero papá no ha aparcado donde lo hace habitualmente. Ha pasado de largo y han llegado hasta el puerto.
          - ¿Qué hacemos aquí?, ha preguntado Tina.
          - Siempre preguntáis qué hay en la isla que se ve desde la playa.
          - Yo ya sé que una isla es un sitio que tiene mar alrededor, ha explicado Leo.
          - Bien, pues hoy vamos a coger un barco para ir hasta esa isla y pasaremos el día allí.

¡Qué contentos se han puesto Tina y Leo! Así que mamá y papá han comprado los billetes y han subido todos al barco. No era muy grande, pero tenía dos pisos. Todos han querido subir al de arriba, para ver bien el mar.

Al cabo de unos minutos, el barco se ha puesto en marcha y ha empezado a navegar rumbo a la isla. ¡Cómo se movía! De vez en cuando venía una ola. “¡Esto se parece mucho al parque de atracciones!”, ha exclamado Leo. Y todos se han reído.

Todos menos papá, que llevaba un rato bastante serio. “¿Qué ocurre?”, ha preguntado mamá, “¿estás bien?”.

Papá ha dicho que se estaba mareando un poco y ha bajado al piso de abajo. “Vamos contigo”, le ha dicho Tina. Pero papá le ha contestado que disfrutaran del viaje, que él volvería enseguida, en cuanto estuviera un poco mejor.
Mamá, Tina y Leo lo han pasado en grande. Han visto muchas gaviotas y otros barcos. Por fin han llegado a la isla, ¡allí había otra playa!

          - "¿Os ha gustado el viaje?", ha preguntado papá, que al bajar del barco ya tenía mejor cara.
          - ¡Sí! Pero tú estás malito.
          - No os preocupéis. Mucha gente se marea cuando va en barco. Ahora ya me encuentro mejor. ¡Estoy listo para construir con vosotros un castillo de arena!
Ilustración: Ana del Arenal

Vuelta al cole


Cuento sobre la vuelta al cole de Tina y Leo

Después de los preparativos, por fin ha llegado el primer día de colegio. Hoy mamá no ha esperado a que Tina y Leo se despertaran solos. Ha entrado suavemente en la habitación y les ha dicho: “¡Arriba chicos! ¡Hoy toca volver a clase!”.

Los dos se han levantado de un salto, se han vestido con ayuda de mamá y han ido a la cocina a desayunar. “Tenéis que coger fuerzas, hoy va a ser un día emocionante”, les ha dicho mamá.

¡Y tanto! Tina y Leo estaban muy emocionados: tenían muchas ganas de volver a ver a sus amigos y de conocer a Tomás, su nuevo profesor. Así que después del desayuno, han comenzado a preparar sus mochilas: el estuche con las pinturas nuevas, el libro con las fichas y el cuaderno.

- ¿Y mi cuaderno? Máma, ¡no encuentro mi cuaderno!

Leo se ha puesto a buscar por todas partes, cada vez más preocupado. Tina y mamá le han ayudado, pero el cuaderno no aparecía… Hasta que Tina ha descubierto una pequeña esquina amarilla debajo de la cola de Atila, el perro de Tina y Leo, que también engullía su desayuno.

- Leo, ¡Atila se ha sentado sobre tu cuaderno!
- Atila, le ha regañado Leo, devuélveme mi cuaderno. ¡Los perros no van al colegio!

Leo estaba un poco enfadado, pero se le ha pasado al oír que mamá y Tina se echaban a reír por lo que acababa de decir.

“Ahora que los dos tenéis lista la mochila, vámonos”, ha dicho mamá, “no querréis llegar tarde a vuestro primer día de clase!”.

Ilustración: Ana del Arenal

¿Listos para la vuelta al cole?

Cuento sobre la vuelta al colegio de Tina y Leo

“¿Listos para la vuelta al cole?”, ha preguntado mamá a Tina y Leo mientras desayunaban.

          - ¡Sí!, han contestado los mellizos
          - ¿Seguro? ¿No os falta nada?
Tina y Leo se han mirado el uno al otro hasta que mamá les ha dicho: “¡Tenemos que comprar los libros y los cuadernos para el nuevo curso! En cuanto terminéis de desayunar, nos vamos a la librería”, ha anunciado mamá.
Una vez allí, han recorrido los diferentes pasillos. Con la ayuda de mamá, han elegido varios cuadernos: Tina uno rojo grande para dibujar y otro azul, más pequeño, para aprender a escribir. Leo los ha elegido verde y amarillo. Mamá les ha explicado que este año les enseñarán a leer y a escribir. ¡Tina y Leo son ya chicos mayores! También han cogido un gran estuche lleno de lápices de colores para cada uno. Con ellos harán bonitos dibujos en sus cuadernos nuevos.
Después, se han dirigido al mostrador para pedir los libros que van a necesitar. Mamá ha sacado la lista que le han dado en el colegio y se los han entregado.
De vuelta a casa, Tina y Leo han guardado el nuevo material en sus mochilas.

          - “Y ahora… ¿listos para la vuelta al cole?”, ha preguntado mamá
          - ¡Sí! ¡Ahora sí!
Ilustración: Ana del Arenal

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Tina y Leo en el parque de atracciones

Un día en el parque de atracciones con los niños

Tina y Leo casi no podían parar quietos en el asiento del coche… ¡iban a pasar la tarde en el parque de atracciones! En cuanto han entrado, se han puesto a correr el todas las direcciones para elegir las ferias en las que iban a subir. Papá y mamá los han juntado: “No os preocupéis que tenemos tiempo, podréis probar todas las atracciones que queráis. Pero no os separéis de nosotros, no os vayáis a perder como le pasó a Leo en el supermercado”.
          - ¡Quiero subir en el tren mágico!, ha pedido Leo
          - Está bien, ha dicho papá. Elegiréis por turnos las atracciones en las que subís.
Han empezado por el tren mágico. ¡Qué divertido! Un payaso les ha hecho reír, un fantasma les ha asustado, un oso les ha regalado un globo… ¡vaya viaje más emocionante!
De ahí se han marchado a la noria, la atracción que ha elegido Tina. Arriba y abajo, arriba y abajo, han dado una y mil vueltas. Cada vez que estaban arriba, saludaban a papá y mamá con la mano.
Después han hecho cola para el carrusel de caballitos, más tarde han saltado en las camas elásticas. ¡Qué divertido era todo! Papá y mamá les han hecho muchísimas fotos.
Así han pasado la tarde, de feria en feria, hasta que ha llegado la hora de regresar a casa. Tina y Leo no querían marcharse. “Es muy tarde, ¡casi la hora de la cena!”, les ha dicho Papá. “Mañana podemos ver todas las fotos que hemos hecho. ¡Seguro que os encanta volver a ver las ferias!”.

Ilustración: Ana del Arenal

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