En una selva frondosa habían nombrado rey de la selva a ¡un rinoceronte! Le habían elegido por ser el más original y diferente, ya que era el único rinoceronte que se conocía sin cuerno.
Durante su reinado el rey rinoceronte hizo de la selva un lugar muy divertido en el que todos los animales aprendieron a nadar en el río, a comer ramas y raíces y a preparar sus cuevas y madrigueras para pasar el invierno.
Pero un otoño, el rey rinoceronte se levantó disgustado, algo le estaba creciendo justo encima de su nariz ¡parecía un cuerno! y si realmente era un cuerno significaba que iba a dejar de ser el rey de la selva y pasaría a ser un rinoceronte más.
Preocupado el rey rinoceronte fue a consultar a su tío, el gran rinoceronte, quien le explicó que se estaba convirtiendo en un animal adulto, y que por eso un cuerno empezaba a asomarse bajo su piel. Pero la respuesta no le quitó su preocupación y estuvo durante días y días pensando en una solución para seguir siendo el rey rinoceronte. Tenía que buscar una fórmula para disimular y que nadie se diera cuenta de que le había crecido el cuerno.
Y finalmente, se le ocurrió una idea: convertir su cuerno en una corona de rey. Solo tuvo que cubrirlo con pintura amarilla para que pareciera de oro, porque las coronas que él conocía eran todas de oro.
Y el truco funcionó. Cuando salió a pasear, los animales estaban encantados de que el rey de la selva llevara esa corona tan original. Y es que ¡era normal todos los reyes llevan corona! ¡Incluso en la selva!
Y así fue como el rinoceronte reinó durante muchos años. Aunque a los animales siempre les pareció un poco extraño que nunca se quitara esa corona amarilla…
Ilustración: Ana del Arenal
Lee cuando quieras este cuento infantil sobre un rinoceronte
No hay comentarios:
Publicar un comentario