Tina y Leo casi no podían parar quietos en el asiento del coche… ¡iban a pasar la tarde en el parque de atracciones! En cuanto han entrado, se han puesto a correr el todas las direcciones para elegir las ferias en las que iban a subir. Papá y mamá los han juntado: “No os preocupéis que tenemos tiempo, podréis probar todas las atracciones que queráis. Pero no os separéis de nosotros, no os vayáis a perder como le pasó a Leo en el supermercado”.
- ¡Quiero subir en el tren mágico!, ha pedido Leo
- Está bien, ha dicho papá. Elegiréis por turnos las atracciones en las que subís.
- Está bien, ha dicho papá. Elegiréis por turnos las atracciones en las que subís.
Han empezado por el tren mágico. ¡Qué divertido! Un payaso les ha hecho reír, un fantasma les ha asustado, un oso les ha regalado un globo… ¡vaya viaje más emocionante!
De ahí se han marchado a la noria, la atracción que ha elegido Tina. Arriba y abajo, arriba y abajo, han dado una y mil vueltas. Cada vez que estaban arriba, saludaban a papá y mamá con la mano.
Después han hecho cola para el carrusel de caballitos, más tarde han saltado en las camas elásticas. ¡Qué divertido era todo! Papá y mamá les han hecho muchísimas fotos.
Así han pasado la tarde, de feria en feria, hasta que ha llegado la hora de regresar a casa. Tina y Leo no querían marcharse. “Es muy tarde, ¡casi la hora de la cena!”, les ha dicho Papá. “Mañana podemos ver todas las fotos que hemos hecho. ¡Seguro que os encanta volver a ver las ferias!”.
Ilustración: Ana del Arenal
Imprime este cuento
No hay comentarios:
Publicar un comentario