Dibujo: Ana del Arenal |
Érase una vez una arañita que tejía telarañas
desde la mañana hasta la noche. Con sus largos hilos iba haciéndolas hasta que
una de sus 8 patas se enganchaba y estropeaba su trabajo. “Qué patosa soy”,
pensaba entonces. Y volvía a empezar una nueva telaraña con mucho cuidado para
no romperla.
El caso es que nunca conseguía terminar una.
Aunque tampoco le preocupaba mucho. Su hermana mayor siempre compartía con ella las presas que cazaba en sus
telarañas. Pero un día su
hermana se puso enferma y no pudo tejer, y se quedaron sin insectos para comer.
-Tienes que intentar hacer tú una telaraña- le decía su hermana.
-¡Pero es que siempre meto la pata!- respondía
la arañita nerviosa.
Sin embargo, decidieron intentarlo. Y para
conseguirlo, mientras tejía la arañita, su hermana mayor le vigilaba y avisaba
cuando una de sus patas se iba a enganchar.
-¡Cuidado con la pata 7!
- ¡Cuidado con la pata 3!
-¡No metas la pata 2!
Y a pesar de tanto jaleo de patas y números la
arañita terminó su primera telaraña sin meter ninguna pata. Pero en lugar de
tener la forma habitual, salió con forma de número 3. ¡Qué chulada de telaraña!
Y continúo haciendo telarañas con forma del resto de números: 4, 5, 6, 7... y sin darse
cuenta aprendió a hacer telarañas y nunca más volvió a ser una araña patosa.
Esta hermosa
ResponderEliminar... se lo diremos a la araña patosa, jeje
Eliminar😍😍😍
ResponderEliminarEntendemos que te ha gustado mucho, jeje.
Eliminar👌👌👌👌👌👏👏👏👏👏✅️💡💡
Eliminarhermoso cuento, a mi hijo le encantó!
ResponderEliminar¡Nos alegramos mucho de que lo disfrutarais juntos!
EliminarHermoso a mi hermana la he gustado un montón, este cuento mola demasiado
ResponderEliminarLo que mola es que os gusten los cuentos del baúl ¡gracias!
EliminarQue bonito cuento,deja como reflexión la diversidad que existe entre los niños. No todos hacemos ni aprendemos del mismo modo.
ResponderEliminar¡Buena reflexión Ivonne!
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