Vivía en un bosque frondoso un zorro listo que todos los
días se levantaba temprano para poder observar cómo los pájaros volaban por el
cielo. Le encantaba su vuelo, sus giros en el aire y cómo descendían
rápidamente en cuanto veían alguna miga de pan para poder comerla.
El zorro les contemplaba con un casco de aviador en su cabeza. -“Por si acaso”- respondía
cuando le preguntaban porqué lo llevaba. -“Por si acaso de repente empiezo a
volar yo también”-, explicaba.
-“¡Vaya!”- pensaban el resto de animales, -“no se ha dado
cuenta el zorro de que los animales que vuelan necesitan alas y él en cambio tiene
patas”-. Y así se lo explicaron. Pero, el zorro, por si se habían equivocado
los animales, hizo varios intentos de volar, agitando con mucha rapidez sus
patas y la cola. Y como no lo conseguía decidió probar comiendo migas de pan,
pensando en que ese era el secreto para poder volar como los pájaros.
Pero finalmente comprendió que, como ya le habían insistido los animales, nunca podría volar, porque no tenía alas. Y como era listo, enseguida empezó a
pensar en el montón de cosas que en cambio él sí era capaz de hacer. Como correr
tanto tanto que parecía que estaba volando, y para eso sí que necesitaba el
casco ¡no fuera a chocarse con algún árbol!
Ilustración: Ana del Arenal
Lee cuando quieras este cuento infantil sobre un zorro
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