Anabel
era una serpiente cascabel que presumía de su hermosa piel y que quería ser
amiga del oso y el jabalí. En alguna ocasión había intentado acercarse a ellos sigilosamente,
sin que se dieran cuenta, pero el cascabel que tenía en la punta de su cola le
delataba, ¡empezaba a sonar! Y el oso y el jabalí se escondían y Anabel se
quedaba sola.
Pero
Anabel era testaruda. Debía acercarse a ellos sin que se dieran cuenta, tenía
que evitar que sonara su cascabel. Y por eso un buen día lo envolvió en un
montón de hojas húmedas para que no se escuchara su tintineo y consiguió
acercarse al oso y al jabalí, quienes no pudieron esconderse ¡y empezó a jugar
con ellos!
Pero
enseguida vio que su hermosa piel se manchaba y se enfadó. Y el jabalí y el oso
le explicaron que por eso ellos no querían jugar con ella, ¡porque solo se
preocupaba de su hermosa piel!
Anabel pensó que tenían razón y decidió
jugar con ellos un rato, solo hasta que el tintineo de su cascabel empezara a
sonar fuerte.
Y
jugaron por el barro, entre las piedras, por la hierba mojada y las ramas más
sucias. Y el cascabel de Anabel no sonó. ¡Porque se había olvidado de quitarle
las hojas húmedas! Así que cuando se terminaron los juegos, el jabalí y el oso
le dijeron lo bien que se lo habían pasado y le invitaron a seguir jugando al
día siguiente. Aunque Anabel después de ver lo sucia que había quedado su piel,
no sabía qué hacer.
Pero
les dijo que sí, porque cuando llego a casa mamá serpiente le explicó que con
un baño en el río y un buen cepillado sus escamas volverían a relucir. ¡Y qué
hermosa volvió a ser de nuevo su piel verdosa! ¡Y qué bien se lo había pasado
con el oso y el jabalí y qué ganas tenía de volver a jugar con ellos!
Ilustración: Ana del Arenal
Lee cuando quieras este cuento infantil de una serpiente
Esta leyenda es muy hermosa!!!😍😍
ResponderEliminarNos alegra que te haya gustado, ¡anímate a descubrir más cuentos en nuestro baúl!
ResponderEliminar