Después de los preparativos, por fin ha llegado el primer día de colegio. Hoy mamá no ha esperado a que Tina y Leo se despertaran solos. Ha entrado suavemente en la habitación y les ha dicho: “¡Arriba chicos! ¡Hoy toca volver a clase!”.
Los dos se han levantado de un salto, se han vestido con ayuda de mamá y han ido a la cocina a desayunar. “Tenéis que coger fuerzas, hoy va a ser un día emocionante”, les ha dicho mamá.
¡Y tanto! Tina y Leo estaban muy emocionados: tenían muchas ganas de volver a ver a sus amigos y de conocer a Tomás, su nuevo profesor. Así que después del desayuno, han comenzado a preparar sus mochilas: el estuche con las pinturas nuevas, el libro con las fichas y el cuaderno.
- ¿Y mi cuaderno? Máma, ¡no encuentro mi cuaderno!
Leo se ha puesto a buscar por todas partes, cada vez más preocupado. Tina y mamá le han ayudado, pero el cuaderno no aparecía… Hasta que Tina ha descubierto una pequeña esquina amarilla debajo de la cola de Atila, el perro de Tina y Leo, que también engullía su desayuno.
- Leo, ¡Atila se ha sentado sobre tu cuaderno!
- Atila, le ha regañado Leo, devuélveme mi cuaderno. ¡Los perros no van al colegio!
Leo estaba un poco enfadado, pero se le ha pasado al oír que mamá y Tina se echaban a reír por lo que acababa de decir.
“Ahora que los dos tenéis lista la mochila, vámonos”, ha dicho mamá, “no querréis llegar tarde a vuestro primer día de clase!”.
Ilustración: Ana del Arenal
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